martes, 10 de diciembre de 2013

El lenguaje publicitario

La publicidad y su complejo lenguaje es el arma principal que las empresas de todo tipo tienen para contactar con los consumidores. 

Aunque a veces pensemos que no nos fijamos en los anuncios publicitarios, su lenguaje casi "subliminal" se nos graba en la mente: asociamos las ideas que nos transmiten los anuncios con el producto que anuncian.

Un ejemplo lo tenemos en el siguiente anuncio de Coca-Cola: nos habla de lo ajetreada que es la vida de hoy en día; tanto, que al final el protagonista se tira por un acantilado. La sorpresa es que lo recoge en el aire un helicóptero, y tranquilamente, se toma una Coca-Cola light. Están asociando la despreocupación y el hecho de vivir la vida con el producto.


En el siguiente caso, tenemos un anuncio de Volkswagen que asocia la ilusión de un niño con el modelo de coche. El pequeño, disfrazado de Darth Vader, intenta usar la fuerza que le da el "lado oscuro" con varios objetos de la casa, sin lograrlo. Cuando su padre llega y aparca el coche que se anuncia, el pequeño lo intenta con el mismo. El padre, para apoyar a su hijo, usa el mando que tiene el coche para cerrarlo, haciéndole creer así a a su hijo que ya lo ha conseguido. Al final del anuncio, escuchamos la frase "Nuevo Passat, con todo lo que un hijo imagina y lo que un padre desea". Con este lenguaje está relacionando tanto la imaginación como los deseos del consumidor. 


Aquí tenemos ejemplos de otro tipo de publicidad muy abundante: la que se encuentra alojada en cualquier página web.

Vemos ejemplos de publicidad tanto en la web del periódico El Correo de Andalucía como en la de El País. En este caso, el lenguaje publicitario usado es más corto, conciso y directo, ya que no tienen el espacio ni tiempo que otorga un anuncio de televisión. Por ello, intentan introducir las frases más convincentes y directas que existan, para llamar la atención del consumidor. Los comentaremos entre tod@s para observar el lenguaje que utiliza cada uno. 

En esta web, vemos el anuncio de Orange en la parte superior.
Denomina a su red móvil como "la mejor"
En este caso, vemos dos anuncios: uno de Colgate en la parte superior
y otro del banco Uno E en la parte derecha.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

"La Celestina", germen del teatro renacentista

"La Celestina", obra también conocida como "Tragicomedia de Calisto y Melibea", es una obra de referencia por representar el comienzo del teatro renacentista en España. 

Se ha atribuido al letrado y que llegaría a ser Alcalde de Salamanca, Fernando de Rojas, y fue escrita, probablemente, en torno a 1476, etapa de reinado de los Reyes Católicos. 

Se trata de una obra dialogada en prosa, pero difícil de representar, al menos en su época, por su gran extensión y su estructura. En nuestros tiempos, ha sido adaptada y se ha representado en los teatros en muchísimas ocasiones.

Su argumento nos cuenta cómo Calisto, un apuesto galán de alta alcurnia, conoce por casualidad en un huerto a la hermosa Melibea, y se enamora de ella al instante y locamente. Al ver que Melibea no se muestra interesada, Calisto, recomendado por su criado Sempronio, acude a la vieja celestina, que utilizará sus mañas para lograr la unión de los enamorados. 

No obstante, la historia dará giros inesperados, ya que la ambición de la celestina y de los criados de Calisto, y varias confusiones y accidentes desgraciados, harán que el fin de la obra sea realmente trágica. Os lo dejo ahí para despertar vuestra curiosidad. 

Para daros otro incentivo para su lectura, os diré que, en cierta manera, "La Celestina" tiene muchos paralelismos con la obra de William Shakespeare, "Romeo y Julieta", escrita en 1597. 

Lo que es realmente interesante de esta obra, es cómo se contraponen los orígenes de los personajes, y la buena caracterización que les da el autor mediante el lenguaje: tenemos el lenguaje culto y esmerado de los enamorados, ambos de la nobleza, y el lenguaje coloquial y zafio de la celestina y los criados de Calisto. 

Aquí os dejo un enlace a la obra acto por acto, aunque, como sabéis, siempre os animo a coger un libro entre las manos en lugar de "dejaros los ojos en la pantalla".